04/10/11
Algo huele mal en Dinamarca
Lo mandaron detener con una fuerza especial de civil de la Federal , el viernes muy temprano, cuando llevaba a una de sus hijas al colegio. Lo llevaron esposado a Tribunales, donde estuvo preso e incomunicado todo el fin de semana. Eso lo ordenó un juez. Y ayer otro le tomó declaración y hoy podría dejarlo en libertad. Así de fuerte y así de contradictoria es la actuación de la Justicia o del Gobierno con el delegado ferroviario Rubén Sobrero. Los protagonistas de esta historia son dos jueces provisorios. Uno, Mariano Amaduri, es quien lo metió preso. El otro es Juan Manuel Yalj, al que Amaduri reemplazó hasta el domingo. Para aumentar el embrollo, Yalj al volver pegó una vuelta de campana . Por la mañana dijo que “las pruebas son más que contundentes: hay testimonios directos que involucran a Sobrero”. Pero a la tarde, después de indagar al gremialista, admitió que Sobrero “dio una serie de explicaciones muy atendibles”. Y cuando le preguntaron si con esa declaración había atenuado su situación, respondió: “Yo diría que sí”. En un momento dejó entrever que lo mantendría preso y en el otro que hoy puede liberarlo. En el camino quedó patinando Aníbal Fernández. Como si fuera vocero del juez, el viernes había sostenido que en el expediente bajo secreto de sumario “hay pruebas más que suficientes para detener a Sobrero por asociación ilícita”. Nada menos que por asociación ilícita, un delito que está penado con hasta 10 años de cárcel. Y en el medio algo sucedió camino al Foro: todo el espectro gremial, incluida la CGT de Moyano, denunció una persecución anti sindical. Hasta un sector del propio kirchnerismo, el Movimiento Evita de Pérsico y el ex canciller Taiana, repudió las detenciones. Aquí pueden tocarse la explicación política y la judicial para el vuelco de la causa. Según los abogados de Sobrero, las pruebas “más que contundentes y suficientes” se limitan al relato de un testigo indigente, que ni siquiera conoce al gremialista. Eso sí: lo aportaron a último momento tres policías. (Clarín)